La niña desobediente
Érase una vez una niña que era muy desobediente, y que no seguía los consejos de su madre. Por esta razón ella no se desarrollaba bien, y poco a poco se fue enfermando, y ningún médico podía ayudarla, y en poco tiempo ella cayó sobre el lecho de muerte.
Cuando había bajado a su tumba, y la tierra había sido extendida sobre su cuerpo, de pronto su brazo volvió a salir, y se estiró hacia arriba. Y aún cuando se le ponía más tierra fresca sobre ella, todo era en vano, pues el brazo siempre volvía a salir.
Entonces la madre se vio obligada a ir a la tumba, y acarició el brazo con sus manos, pidiéndole con mucho cariño guardarlo. Una vez hecho esto, y retornado el brazo bajo tierra, por fin la niña obedeció y tuvo el descanso que necesitaba.
Autor: Los Hermanos Grimm.